Como vender la misma puta mierda de siempre
Las viejas recetas de liberación a través del trabajo (la fuente de toda miseria del proletariado) deben ser edulcoradas, remozadas y remasterizadas con las nuevas modas. Pero por otra parte siempre se va a tratar. en cuestiones como estas, de ocultar todas las verdades incomodas. Incluso presumir de cosas contradictorias con la tradición socialdemócrata, las tradiciones del partido del trabajo.
Empezando por lo último, los cuadros superiores y los difusores de sus teorías presumen abiertamente de la liberalización de la economía, de la no intervención del estado “que no es estado” en la economía y de la ausencia de gravamen económico a los negocios y al comercio. Ósea que los especuladores de productos traídos de fuera de Rojava pueden tener beneficios libres de impuestos.
Rojava es un paraíso fiscal, bueno hasta que sea liquidado por Erdogan. Pero las cooperativas creadas a partir de bienes estatales sí que son parte de la financiación del estado “no estado” junto claro está a la industria del petróleo. Los apologistas de la autogestión llamada “autonomía económica” abiertamente no dicen nada de las prácticas de financiación de las cooperativas como el recurso a prestamistas privados o la aportación de fondos para poder entrar en ellas.
Los dos paradigmas de la autogestión de Rojava son las cooperativas de mujeres y la versión rojavista de las colectivizaciones impulsadas por CNT en 1936 en Cataluña y Aragón, las “Comunas económicas”.
La joya de la corona, la independencia económica de las mujeres y sus cooperativas tienen una valorización propagandistas mucho mayor que el valor que generan. En realidad las propias cooperativistas afirman que no hay salarios fijos, que a veces se da dinero a la gente que lo necesita. Es en realidad una forma de enmascarar la economía de subsistencia que siempre ha estado sostenida por el trabajo de la mujer.
El salario en Rojava es mínimo y hace que no hay más remedio que las mujeres trabajen para poder sacar a delante a los hijos, riqueza futura de la economía, además muchos hombres están en el ejército. Hay que recalcar que no son nada novedosas, las cooperativas están en los sectores tradicionales que ocupan a la mujer en la sociedad campesina o en la “moderna”: las cooperativas agrícolas, ganaderas (agricultura de subsistencia), de conservas y textiles son la norma (bajo la disciplina de producción de guerra). La hostelería y el comercio son el complemento.
Lo más radical de algunas de ellas viene más bien por parte de las viejas de la pañoleta, la vuelta a la agricultura tradicional de la zona, con variedad de cultivos y árboles frutales.
En cuanto a las Comunas Económicas en gran parte pasa lo mismo. Pero se debe tener en cuenta que se construyen a partir de la comunidad política de democracia directa (comunalismo) y de cooperativas previas que se integran en una sola estructura integral, no son colectivizaciones. Es muy parecido a la utopía socialdemócrata elaborada en el primer programa de la socialdemocracia alemán. A partir de una sociedad capitalista se creara cooperativas cada vez más integradas unas con otras. Pero siguen estando bajo las leyes capitalistas, la dictadura del valor. Como pasaba con las cooperativas de Yugoslavia las cooperativas tienen relaciones capitalistas entre si y producen para la valorización.
Necesitan crear beneficio para comprar productos en el mercado mundial bajo la tiranía de la especulación y la extorsión debido al bloqueo económico.
En cuanto a las supuestas medidas de gracia de intervención del “no estado” supuesto, los precios fijados máximos de harina, azúcar … son de una incidencia muy limitada. En cuanto a la proclamación del derecho a la organización de los trabajadores podemos decir que es la gran mentira de Rojava. La huelga política y socialmente, dentro de la administración, los falsos autónomos cooperativos, los cooperativistas y la empresa privada, es considerada traición.
No se conoce apenas nada sobre las huelgas y lo que se conoce es a pesar de los esfuerzos de la red de propaganda al servicio de los comités superiores. Se conocen varias huelgas de taxistas, de trasporte, por los precios de los carburantes y manifestaciones contra la expropiación de tierras para alquilarlas para las bases nortemericanas. Huelgas declaradas ilegales, consideradas actos de traición o de adhesión al yihadismo.
La “patria” o el “no estado” de los “trabajadores” no reconoce el derecho del proletariado a trabajar menos. Como siempre la revolución consiste en trabajar más, en hacer más sacrificios que antes con los capitalistas “normales”, en ser más comprensivos con los jefazos “que no son jefazos en este caso”.
La liberación de la mujer consiste en que esta trabaje mucho más y a cambio reciba un reconocimiento a su trabajo honorifico, supuestamente monetarizable y cuantificable. Y todo ello para conseguir mantener en pie un estado que afirma no ser un estado, que pacta con sus enemigos naturales, y por su puesto los enemigos del proletariado, para que estos cuando lo consideren oportuno traicionen a ese estado y faciliten el exterminio del proletariado.
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