martes, 20 de mayo de 2025

 Los niños de los proletarios del sector militar industrial, no comen gracia a la muerte de los malditos niños Yemenís

 La gloriosa Marina Real saud que nos da la posibilidad de sobrevivir a los compañeros del metal gracias a hacer barcos de guerra con los que bloquear las costas de la rabia de la chusma, no es responsable que de que no sepamos administrarnos. La tan cacareado carga de trabajo de los astilleros militares de Cádiz gracias al encargo de 5 corbetas de guerra para la marina Saud, con botaduras faraónicas y apologéticas en agasajo de nuestras benefactoras despóticas altezas reales no sirve para quitar el hambre a los niños del proletariado de Cádiz. 

Como dijeron algunos empleados durante las movilizaciones de la huelga general del metal en 2022 sus hijos no comen al final del mes. 

Navantía, Dragados y Alestis vinculados con los grandes contratos de material de guerra para los saud fueron afectados de lleno por la huelga del metal en la Bahía de Cádiz, que primero empezó en las empresa auxiliares y luego se extendió a todas las empresa del metal incluidas las de construcción naval militar como Navantia. Se produjo con más intensidad en los días 16, 17 y 18 de marzo en el propio Cádiz, Puerto Real, San Fernando y el campo de Gibraltar. Produciéndose grabes disturbios, cortes de ruta en vías importantes de la zona como el puente viaducto principal de la autovía de Cádiz, cortes de ruta con barricadas, daños barios incluido la quema de un coche de la policía secreta. Se da la circunstancia que las fuerzas policiales y paramilitares (Guardia Civil) fueron reforzadas con blindados pesados equipados con palas excavadoras para barrer las barricas. Los medios de propaganda de la burguesía dominante se vieron impelidos finalmente a dar informes sobre los sucesos apoyando la labor policial y condenando la violencia proletaria de la “chusma”. 

Pero claro está, nada de hablar de las condiciones de trabajo cada vez más peligrosas y degradantes de los obreros cualificados, soldadores, ajustadores… que mal viven gracias a salarios menguantes. Las grandes reconversiones de los astilleros, los despidos masivos, los desmantelamientos y cierres patronales. La reestructuración de los sectores del metal, la utilización de convenios internacionales entre burgueses para contratar a proletarios, en origen, con salarios de sus países de origen muy inferiores para el nivel de precios de este país han facilitado que la patronal ponga de rodillas a los proletarios “cualificados” y los obligue a aceptar salarios de hambre y condiciones de trabajo degradantes. 

Esto es y no otra cosa lo determinante para que los saud pudieran tener en cuenta a la industria naval de la burguesía hispánica para engordar sus arsenales que hacen posible los asedios navales para matar de hambre a los niños de arabia. Los medios se adecuan estrictamente a los fines. Para matar de hambre o a bombazos a los niños de Yemen es preciso tener muertos de hambre a los niños de los proletarios que hacen las armas para matar. Una realidad que la burguesía progre y facha obvia en sus publirreportajes patrióticos noticiosos, que están plagados de triunfalismo y adulaciones hacia los queridísimos clientes de la mercancía de la muerte. Los proletarios no ganan nada siendo sumisos y ayudando a sus patrones a matar a otros proletarios, solo un sendero de miseria que lleva hacia el momento en que son desechados y finalmente masacrados igualmente.

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