miércoles, 7 de mayo de 2025

Guerra por decidir que burgués vende la tierra sagrada de la nación eterna e indivisible de turno


Estas guerras como defensa de último recurso para mantener las relaciones sociales intactas se generalizan. El caso de Ucrania no es una excepción. 

El odio al ruso o el odio al ucraniano, ha sido un instrumento de control social del proletariado que ha ido creciendo en importancia para mantener a la oligarquía burguesa, nacida de la gran estafa possoviética de las privatizaciones, a salvo de las algaradas y revueltas proletarias. Eso unido a la competencia burguesa entre polos de poder capitalista desatada y convertida en guerra abierta (comercial y no comercial) ha terminado de desencadenar lo previsible. Una solución cotidiana y natural en el capitalismo de todos los problemas. La masacre de proletarios en la guerra generalizada inter imperialista entre polos burgueses. Una vez más la historia se repite, no solo en las representaciones deshumanizadas de los proletarios arrojados a la batalla por un bando y otro. Los proletarios enemigos son ratas, cucarachas, monos, barbaros barbudos cegijuntos mongolodes violadores (los rusos), o son hunos, teutones, drogadictos, carneros, palancaneros… de los nazis … los ucranianos. 

 La ideología del mal menor aplasta con su rodillo todo intento de racionalización de lo que es cotidiano y natural en el capitalismo. Los anarquistas deben de nuevo negarse a sí mismos, aceptar la defensa del Estado, de determinadas facciones burguesas en lucha comercial con otras, deben luchar para imponer al proletariado infiel la comunión entre verdugos y víctimas, la comunión de clase, la comunión entre los apalizadores y los apalizados. No hablemos de los burgueses bien pensantes que díscolamente expresan algunas dudas, porque esos van directos para crucifixión social y carne de sicariato voluntarista. La historia se repite, esta vez con una pluralidad de elementos muy cercanos a los que se dieron en la Primera Guerra Mundial. Hasta en las relaciones llamadas internacionales, los súbditos coloniales eran obligados a luchar por la democracia occidental y el despotismo colonial supremacista racial. Hoy los súbditos neocoloniales, son presionados y chantajeados por sus potencias explotadoras y represoras. Los que les invadieron y lucharon, incluso en baños de sangre, para mantenerlos oprimidos les exigen luchar para impedir una invasión, que no les conviene. Zelenski le dice a “los negros de mierda”, “que no saben de moral ni de lo que les conviene”, que pidan que el grano ucraniano fluya hacia Arabia de los saud y Europa occidental o sino se quedaran sin comer, porque se bloqueara el grano del Banco Mundial de alimentos de la ONU, y se bloquean las exportaciones de mercado libre de la burguesía rusa. Los países ricos no se pueden permitir pagar el grano caro.

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