martes, 13 de mayo de 2025

 Anexo 2 Sobre genocidios naif y genocidios reales; la ONU “esa casa de putas”, reconoce: 

UNICEF afirma que “Yemen es un infierno para los niños” en el que cada 10 minutos muere un niño de hambre o enfermedades por causa de la agresión de Arabia Saudí. Las autodenominadas agencias de la ONU, que en el caso de Yemen ocupan el rol de potencia ocupante garantizadora de los servicios básicos del Estado, inexistente en el Yemen internacionalmente reconocido más allá de una serie de ejércitos represivos confederados y en ocasiones enemistados, reconocen que su labor es escasamente eficaz. Sobre todo para evitar la hambruna y las epidemias en el territorio “controlado” por el gobierno oficialmente reconocido. 

Estas mismas agencias que en la práctica toman partido por el bando asediador reconocen la masacre en la que colaboran y documentan en total indiferencia de sus superiores. 

 Según estos mismos cómplices del genocidio contra la “chusma moraca” la situación es indescriptible, el propio “infierno en la tierra”, en perfecto silencio mundial sepulcral. Pudiendo pasar a enumerar algunas de sus propias cuentas de apuntadores de muertos: “Según las estadísticas, cientos de miles de personas han resultado muertas y heridas. Unas 579 900 viviendas han sido destruidas además de 15 aeropuertos, 400 hospitales y clínicas, 16 puertos, 680 mercados populares, 500 centros de telecomunicaciones, 2000 instalaciones gubernamentales, 400 fábricas, 11 000 centros comerciales y 1500 mezquitas. Las estimaciones conservadoras de la ONU hace más de un año sobre el número de muertos en 8 años son de más de 300.000 contando los que mueren a causa del asedio naval, terrestre y aéreo combinado con los bombardeos estratégicos contra la producción agrícola. En esas mismas estimaciones reconocen que como mínimo abrían muerto 200.000 niños de hambre y de enfermedades letales por la desnutrición. 

Según ellos cada 10 minutos muere un niño de hambre o de enfermedades leves complicadas por la desnutrición. Según las estimaciones que la propia ONU izo a principios de 2021 la cifra de muertes a causa de la violencia directa, de las consecuencias del asedio y “acoso” bélico a las fuerzas productivas agrarias seria de 250.000 antes de acabar el año. A finales de 2021, reconociendo una escasa capacidad de llegar a conocer gran parte de lo que ocurre en todo el territorio, estiman que se quedaron cortos y la cifra real de muertes hasta entonces a causa de los bombardeos y combates es de 150.000 como mínimo y otros 227.000 a causa de la hambruna, la falta de agua potable y las enfermedades que se propagan entre la población debilitada. Como ya indicamos más arriba la mayor parte de esas víctimas del asedio son niños según la ONU. Pero eso no quiere decir que entre la mayor parte de los muertos por los bombardeos no allá un gran porcentaje de niños. La mayor parte de las víctimas directas según la ONU de las acciones bélicas son civiles de los cuales 10200 son niños que han resultado muertos o heridos. Y esto según un comunicado del propio representante de UNICEF en Yemen Philippe Duamelle, en una comparecencia el 12 de marzo de 2022. En cuanto al capítulo de las supuestas armas prohibidas o prohibidísimas para los enemigos de EEUU, claro. Debemos contabilizar una serie de estadísticas a grandes rasgos. Primero las muertes, mayormente de civiles a causa de bombas de racimo son de media al mes de 42, las carcasas o artefactos de bombas de racimo encontrados en Yemen durante los primeros 6 años de guerra se cifran en 3 millones. Estas son, claro esta, estimaciones de los “malvados” organismos del Comité Revolucionaria del Yemen en las 15 provincias que controla parcial o total mente y 70 ciudades. No se cifran las que han quedado en territorio “liberado” por las potencias democráticas despóticas o parlamentarias que participan en la operación especial antiterrorista (contrarrevolucionaria de toda la vida). El lugar de procedencia y fabricación de esas bombas de racimo, por supuesto, en gran parte es EEUU, pero también hay remanentes usados que tienen las etiquetas de fabricación correspondientes de Reino Unido, Canadá, Francia y España. Una posición saudí tomada por los Zaidyes donde muestran un lanzagranadas de fabricación española Según los cálculos de la ONU, a principios de 2022, de los 24 millones de habitantes 18 millones necesitan ayuda alimentaria para sobrevivir y 13 de ellos son “auxiliados” por el Programa Mundial de Alimentos. Estas cifras sin embargo en mayo de 2022 ya estaban desfasadas y en vez de 18 millones eran 23 millones los que necesitaban alimentos del programa mundial de alimentos de la ONU. Pero ese supuesto auxilio consiste en repartos de alimentos esporádicos y en ocasiones son cancelados por el bloqueo de los buques de la ONU que no tienen permiso para traspasar el bloqueo naval. Varios de esos barcos han quedado bloqueados hasta que la carga se ha podrido. En este contexto desde el inicio del nuevo episodio de tercera guerra mundial por poderes en Ucrania, el PMA ha perdido prácticamente todos los cargamentos de cereales ya comprados sobre todo en Rusia y escasamente en Ucrania, por las sanciones económicas en un caso y por el bloqueo naval inicialmente en otro. Así que el supuesto auxilio se debe reducir a una bolsa de alimento cada 15 días, eso en el caso de que se trate de zonas controladas por las diversas potencias ocupantes o las milicias indígenas de cada facción del supuesto gobierno “legítimo y democrático”. Recordemos que el gobierno fue elegido hace 9 años democráticamente entre toda plutocracia internacional y presentado para su ratificación plebiscitaria a la población Yemení. Las agencias de la ONU, reconocen, que los países ricos no les facilitan en absoluto los fondos necesarios, ni siquiera para construir una ficción de estado en la zona de “libertad”. La población está sometida a una hambruna sistemática, a precios desorbitados en el mercado negro de los alimentos, los hospitales y las obras públicas incluidas las traídas de agua no se pueden ni reparar ni poner en funcionamiento. Esto antes de comenzar la supuesta guerra en Ucrania que solo es un campo de batalla en la tercera guerra mundial por poderes entre la oligarquía de EEUU y de la China. 

Mientras estos mismos países redoblan las ayudas militares a Arabia de los Saud e incluso mandan oficialmente tropas para “defender sus intereses estratégicos”, como el ejército británico que envía unidades antiaérias completas y tropa auxiliares. Incluso EEUU en 2022 comenzó a enviar tropas de cuerpos especiales al sur del Yemen.

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