lunes, 3 de noviembre de 2025

 8 Anexo 2 Algunos apuntes sobre las costumbres ancestrales. 

Sobre este tema ya hemos dado algunas pinceladas más arriba. Solo diremos algunas cosas en relación con las tendencias de la moda Rojava. Los kurdos son un pueblo indoeuropeo, no semítico, que no ha estado en relación con los estados semíticos más patriarcales e incluso abiertamente misóginos como el israelita. Como todos los pueblos indoeuropeos dentro de su cosmogonía habría siempre dentro de la triada de divinidades principales una dedicada a la fertilidad, la diosa femenina. Que en el caso indoeuropeo en ocasiones está caracterizada por su figura maternal pero en otras siguiendo los arquetipos no actuales de mujer, sino los arcaicos indoeuropeos, se presenta a veces como amante desencadenadora de “ajustes de cuentas violentos” o una fuerza natural vengativa, frente a las “desviaciones ante el orden natural de las cosas”. Los kurdos por cercanía y parentesco con los persas durante muchos milenios tenían cerca la triada mitraista. El dios Mitra es el inspirador de la secta cristiana. 

 La mujer kurda está caracterizada en la tradición oral con los atributos propios de las mujeres arcaicas. Un proverbio kurdo dice “un león es un león”. Las niñas kurdas aprenden las vicisitudes del oficio pastoril, usar piedras y palos, armas blancas, ondas o en su época el venablo de niño para ahuyentar a las llenas manchadas, lobos, osos u otros depredadores de la región. La mujer kurda desde el punto de vista de la propiedad, en sus orígenes, no está marginada tiene derecho a la herencia de los padres igual que las mujeres tuareg. La mujer puede heredar de su esposo el derecho de usufructo. Por supuesto en la jurisprudencia de estados posteriores eso no es así, igual que en el derecho franquista las leyes viejas aragonesas o el derecho consuetudinario de algunas zonas rurales estaba revocado por una ley que consideraba a la mujer incapaz por naturaleza de gestionar sus bienes y tenía que administrarlos un varón. 

La llegada del leninismo no es precisamente el elemento que desencadena el afán redistributivo en los kurdos. Como ya dijimos originalmente las jefaturas tribales se moverían políticamente dentro de los meandros, difíciles de entender para la mentalidad de la sociedad burguesa, del don. Una forma de oficializar la subordinación a través de la recepción del don. Un pueblo bandolero perfectamente puede mantener el don en términos más o menos originales. Pero al estar subordinado a una administración estatal fuerte las sociedad tribal se torna más feudal aunque sea a través de la apropiación del producto de la tierra para que el jefe puede redistribuir entre su “clientela”, el producto de la tierra se lo quita a otros miembros inferiores de la tribu a cambio de supuesta protección. Este y no otro es el sistema de gobierno de la elite kurda. En el Kurdistán iraquí la red clientelar de los Barzani los sostiene en el poder en forma de ejército y poco más, alimentándose de la rapiña y el saqueo al resto de la población en distintas formas. 

Así que la proverbial corrupción de la administración kurda de Irak no es más que una consecuencia natural del desarrollo histórico. Incluso la usurpación de tierras de ciertas comunidades con métodos a lo Estado Islámico es muy natural. El sistema

de autocontrol de los kurdos en el imperio otomano era idéntico a este y el estado turco lo heredo. Eso no quita que el bandidaje, sobre todo por parte de elementos de bajo linaje, se mantuviera hasta épocas relativamente recientes. 

En cuanto a la ecología, como en todas partes el ecologismo es algo muy reciente como teoría burguesa de gestión del capital insostenible pintada de verde. Pero está claro que las sociedades tribales, pastoriles y aldeanas del Kurdistán se resistieron con ferocidad a la destrucción de sus medios de vida tradicionales. Hoy el Kurdistán turco es un páramo montañoso abrasado sin cesar por las llamas provocadas por los milicos turcos. Los abuelos contaron historias a sus nietos sobre bosques y tierras húmedas, sobre aldeas bucólicas, que jamás existieron, en la cima de las montañas. Todo ello antes de que les contaran el cuento del confederalismo democrático. El casi animal totémico de los kurdos, el halcón, no tiene donde hacer su nido solo tiene la venganza.


Anexo 3 Los suizos de Oriente Medio Cuando alguien se imagina a un tuareg o a un kurdo, si es que tienen conocimiento de que existen, se los imagina como guerrero o bandoleros dentro de los arquetipos de la literatura periodístico -novelesca. Eso tiene su cierto sentido con respecto a ambos por la evolución histórica que han tenido en su adaptación al mundo mercantil. En el caso de los kurdos su integración dentro de la comunidad del dinero o dentro de los estados de la región se hace a través del ejercicio de la violencia como supervivencia o como trabajo remunerado. El bandidaje contra los comerciantes o la extorsión sobre ellos es una forma de integrarse en la sociedad del dinero. Pero cuando esto no es posible y ante la certeza del desastre, los kurdos aceptan cierto grado de integración en los estados que rodean o teóricamente abarcan sus montañas. Ciertas tribus hacen pactos desde épocas antiguas para recibir vienes y cosechas en forma de salario anual por proteger las fronteras y los caminos montañosos de otras tribus, kurdas incluso. El mercenariado tribal es la forma más común de integración en el trabajo asalariado. Los actuales territorios de los kurdos fueron escenario de las batallas más feroces entre romanos y persas durante muchos siglos. Siendo uno de los principales escenarios de la última guerra bizantino persa sasánida que del 602 al 628 de la era actual provoco más de 400.000 soldados muertos y fue lo que facilito la expansión islámica. Los kurdos se vieron abocados a luchar en todos los ejércitos contendientes, dependiendo de la tribu, pero con más preponderancia de los que lucharían junto a los persas zoroastristas contra los cristianos bizantinos y armenios. 

Durante la dominación islámica son precisamente algunas tribus kurdas leales a los persas, como pueblo mercenario, las que resisten más a la islamización. Los yazidies son una reminiscencia más que nada de esa integración de vasallaje militar. Durante este proceso de islamización se comenzara a desarrollar otra forma de mercenariado individual y luego un tanto tribal. A través de la costumbre islámica del esclavismo proselitista. Los islámicos pueden esclavizar a los niños paganos, pero tienen la obligación de islamizar a sus esclavos. Los estados islámicos también hacen esto pero con el fin de tener futuros soldados educados por el estado. Los kurdos han sido víctima de esto durante siglos y los yazidies lo son hoy de manos del Estado Islámico. Con el tiempo los propios kurdos islamizados “voluntariamente” venden a sus hijos como futuros soldados (como los niños futbolistas) para evitar entrar en colisión con el estado a través de la “delincuencia” tribal. Las tribus seguirán vendiéndose como vasallos militares de los estados islámicos. Al mismo tiempo muchas tribus venden a sus niños a determinados estados como carne de cañón. El reino de los mamelucos en Egipto se cimentaba en la creación de una sociedad militar conformada por antiguos niños esclavos en donde existía la capacidad de ascenso social, los niños kurdos eran muy apreciados. Uno de esos niños de origen kurdo llego a ser el Sultán Mameluco Saladino que reconquisto Jerusalén expulsando a los cruzados.


Los turcos destruyeron el reino de los mamelucos y así integraron la actual zona sur y occidental del Kurdistán en su imperio. Lo que se conoce como Kurdistán norte entre los kurdos, oficialmente era Armenia a pesar de las tribus kurdas que viven en su interior. 

Los kurdos a partir de entonces como todos los pueblos sometidos por el imperio turco podían integrarse en el ejército imperial. Incluso algunas etnias cristianas podían integrar algunas unidades sin necesidad de convertirse. Con la llegada, a causa de la llamada primera guerra mundial, del cambio de régimen de un estado imperial a un estado nación turco los kurdos islámicos aparentemente estaban en mejor posición. Como es natural su organización tribal o integración militar en el estado no les supuso muy buenos números para que los occidentales decidieran usar a la elite kurda como base de un nuevo estado. Además la sempiterna política de contención contra los rusos decidió el destino de los armenios y la continuidad del mercenariado kurdo. Los kurdos son usados como carne de cañón y como verdugos durante milenios, los jefes tribales se han convertido en unos mercaderes de perros de guerra durante estos milenios. Independientemente de que sean auténticos jefes tribales o se hayan convertido en algo parecido, de que sean tradicionales islamistas o jefes con el cargo de imanes y de secretarios generales del partico comunista prosovietico al mismo tiempo. No es tan inhabitual que supuestos jefes kurdos decidan cuantos de los suyos tienen que morir o matar por los intereses de tal o cual imperio, de tal o cual burguesía. Los señores del PKK sirio se están desvelando como grandes picaros “tratantes de ganado” milico. Al mismo tiempo que hacen tratos con unos los hacen con otros contrarios a los primeros dentro de la guerra mundial siriaca.



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