Sobre la mayor conciencia burguesa de la existencia de una guerra de clases, solo podemos decir que esa conciencia en este momento histórico es mas generalizada y mas funcional en el seno de la clase dominante, pero esa consciencia de si y de los intereses de clase no tiene por que ser cualitativa. Es evidente que la burguesía siempre ha intentado monopolizar la información y adormecer al proletariado, hacer que se “niegue a sí mismo” y que idolatre a la burguesía como a los semidioses a imitar. La burguesía es capaz de ser consciente que existe un enfrentamiento, es capaz de reconocer a su principal enemigo, aunque no lo llame proletariado, guarda el conocimiento histórico de los momentos anteriores de la guerra de clase y conoce sus mecanismos.
Aunque no quieran llamarla así y la cataloguen como la guerra continua para mantener sus intereses. Es evidente que toda esta información le ha servido para construir el armazón ideológico de las facciones burguesas reformistas (progresismo industrial y científico, trabajo dignificador…), para canalizar al proletariado hacia la negación de sus auténticos intereses de clase. Pero es incapaz de hacer algo diferente con toda esa información, técnica, funcional o científica que no sea eliminar todo lo que no sea adoración por su propio ombligo, (es decir valor añadido, trabajo asalariado- tasa de ganancia, la necesaria revalorización continúa de la mercancía…). Y su propio ombligo es su problema fundamental. Pero al vivir en su mundo de colores son incapaces de asumirlo.
Los burgueses no quieren o no pueden ser conscientes de las consecuencias a medio y largo plazo de sus actos. Incluso llegando mas lejos, la burguesía en sus facciones más conscientes no quiere ser consciente de las consecuencias de la perpetuación de su régimen, que pretenden vender como eterno. Para la burguesía y sus aparatos el presente es el futuro y el futuro es el presente, siempre tienden a intentar extrapolar el mundo presente de su dominación hacia el futuro sin aparente evolución de fondo e incluso analiza el pasado más antiguo con los criterios del hombre burgués. De una forma ahistórica.
Los burgueses, entendidos como dueños y señores de los medios de producción pueden perfectamente vivir en su mundo. Pero se encargan de imponer su mundo al resto de la humanidad, al proletariado, cueste lo que cueste y cause las consecuencias que cause. Y por ello los burgueses no tienen más remedio que combatir una y otra vez las consecuencias de sus actos. Tienen que prepararse para reprimir, para aplastar a los dominados, tanto físicamente como sicológicamente, al igual que tienen que prepararse para frenar una riada que va a alcanzar su mansión necesariamente por que la han puesto en un cauce de un torrente. Este símil es bastante adecuado. Y en relación a esto último diremos que la burguesía trata la guerra ínterburguesa con la misma naturalidad que una catástrofe natural inevitable. Pero en este caso la guerra interburguesa más que algo inevitable (que no quiere evitar) es algo necesario para el capitalismo, como un chute de adrenalina para un moribundo con una parada cardiaca. La burguesía jamás ha dejado de prepararse para la guerra social y la guerra ínterburguesa porque jamás han dejado de golpearse con las consecuencias de sus actos criminales. Económicamente necesarios para mantener su régimen y por tanto sus privilegios.
La burguesía es incapaz de ver los defectos de fondo de su régimen porque disfruta de los privilegios que le otorga dicho régimen. Que no son pocos, hacer lo que les de la gana cuando les de la gana sin cortapisas de ningún tipo… moral … , siempre que no sea contradictorio con su régimen claro ésta. Tiene que dedicar gran parte de su esfuerzo a eliminar o contener los síntomas indeseables de la plaga que ellos mismos han creado. Ocupándose cotidianamente de este asunto y haciéndose cada vez más eficiente desde un punto de vista practico. Pero claro de lo que estamos hablando es de poner puertas al campo, algo que hoy por hoy se puede hacer, hasta que la fuerza de la naturaleza se abra camino.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario