viernes, 31 de octubre de 2025

Venganza, tierra y libertad. Venganza, dejar de pensar y martirio

 La socialdemocracia tribal reformista y luego la guerrillerista nacida al calor de los 60 y 70 tienen que adaptarse a un montón de contradicciones que no siempre se resolverán pacíficamente. Finalmente todas estas contradicciones y determinaciones políticas dieron lugar a una organización socialdemócrata guerrillerista nacida para sobrevivir, aunque sea como una cucaracha. Con una capacidad adaptativa impresionante que bebe de aquí y de allá, de una mamarrachada burguesa de allá o de una determinación proletaria de allí.

Más que el programa, las tácticas o las formas organizativas lo importante del secreto del éxito del PKK es como canaliza las determinaciones, las pasiones y las emociones del proletariado. Antes de nada hay que decir que la estrategia inicial de la organización en cuanto a la propaganda y el reclutamiento, que luego se seguirá durante décadas, es muy sencilla. Se dirigen hacia la juventud de los sectores más marginales de la sociedad, expulsada por la fuerza de su mundo rural y arrojado al mundo de las grandes ciudades, desarraigados, con dificultades para encontrar trabajo, con bajo nivel educativo y un bagaje teórico inexistente en cuanto a lo leído (lo que los intelectuales izquierdistas llamarían lumpenes). Su única “teoría” eso sí, es haber sentido la opresión en su piel durante toda su vida y sentir la necesidad incluso física de destruir todo aquello que les destruye. Un deseo, por otra parte lógico en todo proletario, de venganza, de libertad e incluso un hambre de tierra, propio del campesino proletario, recuperar el control de los medios de producción, que es canalizado por esta organización. Simplemente gracias,  como toda organización guerrillerista y más en el caso del PKK, a que ofrece a estos proletarios la posibilidad de vengar su propia vida, darles una vida de venganza antes de la muerte, vengar la no vida de todos los suyos, consigue su objetivo de reclutamiento. Les ofrece acción concreta, al margen de los sermones huecos de la emancipación social de la socialdemocracia, que les da una sensación de libertad por primera vez en sus vidas. Por otra parte la prevalencia de la acción y del mensaje de la destrucción de todo lo existente a través de la violencia deja que cada guerrillero proletario pueda fantasear sobre un mundo nuevo, a veces arcaicamente bucólico, creado a golpe de fusil. Gracias eso sí, a la escasa profusión de discursos y seminarios teóricos sobre los grandes paradigmas de la socialdemocracia, la intensificación del trabajo, el desarrollo de la economía nacional, el progreso tecnológico… Todas esas porquerías a los chavales ansiosos por hacer morder el polvo al sicariato del estado, polis, milicos… no les importan una mierda.  La acción de venganza, el no pensar demasiado y más tarde el sacrificio militante de profunda hondura gregaria serán elementos fundamentales en la práctica del PKK. Con el ahondamiento del enfrentamiento con el estado turco dentro de la estrategia de guerra popular todos estos fundamentos se reforzaran en la práctica cotidiana, hasta el punto de ser teorizados. La estrategia del estado turco de terror y castigo colectivo contra la “canalla” kurda será el empujón definitivo para que el PKK se defina así mismo como el partido de la “venganza”. En un folleto de agitación del PKK en 1985 se autodefinía como una “organización de venganza revolucionaria”. 


  PKK, entre la teoría maoísta y la práctica del trapicheo político

Como ya dijimos el PKK como todos los grupos escindidos del partido “comunista” en la zona de Turquía adoptara una táctica claramente maoísta. Se centrara en la agitación de zonas rurales y desarrollara una táctica etapista. Donde se considera que primero es necesaria la revolución burguesa nacionalista y luego si acaso la revolución social, considerando a los elementos de la pequeña burguesía urbana como aliados interclasistas de su proyecto político. Estas concepciones facilitan precisamente una serie de alianzas en principio relativamente lógicas y otras claramente contranatura. Aunque asumen las tácticas maoístas y varias de sus paradigmas estratégicos, como la promoción del nacionalismo burgués, el PKK no tiene reparos en negociar con la Rusia soviética una vez que se convierte en una fuerza real. Tampoco tendrá demasiados remilgos en el caso de la siria de los Asad o incluso llegar a acuerdos tácitos con los nacionalistas kurdos de Irak. Las luchas callejeras en los pueblos y ciudades del Kurdistán turco en la época de los 70, con otros grupos “maoístas”, con los fachas, los paracos de los terratenientes por un lado y la represión del estado turco por otro diezman al grupo. Muchos militantes y dirigentes de la organización mueren abaticos, mueren en la cárcel, en huelgas de hambre o se suicidan para hacer frente a las torturas sistemáticas. Uno de los pocos dirigentes fundadores que escapa al sacrificio militante, que exigía el grupo de sus dirigentes, huye a Siria por un túnel hacia Kobane. Luego se irá hacia Líbano y pedirá instrucción militar a los grupos palestinos, el leninista FPLP y el maoísta FDLP. Su intención es reorganizar el grupo en Líbano, reagrupar y reclutar a los perseguidos kurdos, prepararlos para la guerra guerrillera. Siguiendo la teoría maoísta de la guerra popular. Para ello está dispuesto a establecer con el gobierno sirio un pacto de no agresión, la organización frenara y controlara a los kurdos exiliados en Siria y a los nacidos en Siria, que suelen ser de las mismas tribus. Este dirigente se llama Ocalan y como muchos kurdos de Turquía pertenece a una tribu que tiene miembros en los dos estados. En la práctica las leyes de asimilación cultural en Siria se mantendrían pero habría tolerancia a las actividades políticas y militares del PKK. Se dejara, una vez instruidos los primeros combatientes kurdos por los palestinos, establecer campos de entrenamiento del PKK en la zona del Líbano controlada por Siria. El apoyo de Rusia seria decisivo para este arreglo. A pesar de que las primeras actividades militares del PKK fueron la resistencia a la invasión israelí de Líbano en 1981, luchando junto a los grupos palestinos, el PKK llegara a acuerdos con uno de los agentes del imperialismo yanqui y sionista en la región, el partido nacionalista PDK de Irak para poder establecer bases en la zona montañosa del norte de Irak. La guerrilla nacionalista tolerara el tráfico de armas y de petróleo de Siria a Irán, por la cordillera norte de Irak, que reforzaran a grupos guerrilleros leninistas – maoístas en ambos extremos a condición de que no realicen actividades proselitistas más al sur. Claro que a ellos también les beneficia esa ruta en su época de clandestinidad.

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