martes, 18 de noviembre de 2025

Del panislamismo para tontos al Estado islámico de la anfetamina

 

 Los cimientos fundamentales del Estado Islámico ya estaban dados. El terror de estado otomano multisecular, con todas sus técnicas caracteristacas, ya estaba desarrollado sobradamente. La ideología cretina de la raza de imbéciles al servicio del estado daba sus primeros pasos. El chivo expiatorio de todos los males se había definido, el cristiano (el más fácil de matar posible claro). Pero claro esto no iba a quedar solamente hay. El estado elegido por Dios tenía que crear su propia historia adecuándola al nuevo concepto religioso y racial informe. La nación turca superior a todas las demás islámicas, que pretende gobernarlas a todas, seria homogénea y pura en su racialidad inconcreta pero muy explícita en lo importante, obediencia ciega al Estado. En esta nueva fase ya no entraría el sultanato desaparecido, al menos de momento, tras el final de la llamada Primera guerra mundial. Sería el estado nacional socialistas milico-laico el que impondría la turquización de lo que quedaba del imperio otomano. Al igual que los refugiados europeos todas las etnias islámicas pasarían a ser turcos por decreto tras el acto sacramental fundacional del genocidio armenio, griego…. Esto iría acompañado de una turquizaccion de la historia otomana, léase falsificación histórica a la carta. Tras la represión, las purgas y las matanzas masivas contra los musulmanes rebeldes Kocgiri (1921) aplastamiento de los nuevos levantamientos Alevíes, el levantamiento de 1925 liderada por el jeque socialista Said, la del monte Ararat (1926-1930) y la revuelta de Dersim (1937-1938) donde finalmente entre todas hubo cientos de miles de víctimas y cientos de miles de deportados. El estado nacional socialista milico decidió borrar la historia de los musulmanes no turcos, léase no leales al Estado, dentro del territorio que le quedaba. Los principados independientes o soberanos, los territorios con cierta autonomía tribal kurdos desaparecieron de la historia. La docena larga de territorios tribales autónomos durante el imperio otomano en las zonas montañosas kurdas que a su vez controlaban a los armenios dejaron de existir en la historia oficial turca. Se decretó el chovinismo obligatorio en la enseñanza y la unidad de la raza de obedientes esbirros del Estado, que es Islámico. 

 Con todo el estado turco quedo muy tocado, a pesar de ser el único régimen nacional socialista y genocida que tuvo continuidad ininterrumpida. Su poder no era más que una sombre de lo que fue el imperio otomano. Se convertiría en una pieza clave de la política de la guerra fría, el estado militarizado que representaría el papel de primera línea de choque con la URSS. Esto sobre todo se recrudecería a partir de la caída del régimen milico-monárquico de Persia en 1978. La impotencia diplomática del estado turco en el mundo islámico se contrarrestaba con una ficción de orgullo milico hacia el interior y obediencia ciega a EEUU. El ejército napoleónico turco se revolcaba en la abundancia de armamento gracias a su papel en la OTAN. Pero siempre hubo una espina clavada en el corazón de los burgueses turcos. 

La ideología laica, nacional y a veces socialista, no parecía añorar el pan islamismo. La raza superior turca no tenía nadie con quien demostrar su superioridad, seguramente carnicera. Excepto a los renegados dentro de Turquía, claro. Pero eso cambiaría con la vuelta del nacionalismo pan islámico de los Hermanos Musulmanes y su versión turca liderada por Erdogan. Primero recuperaría el orgullo religioso, luego se preocupara de la economía, es decir impulsaría la explotación intensiva de los musulmanes por gracia de Dios, y finalmente como ya hemos visto resucitaría el imperio del terror otomano. 

Como los sultanes en su momento, que exterminaron sistemáticamente a los movimientos revolucionarios como el anarquismo, Erdogan se vale del yihadismo para eliminar masivamente a los subversivos e incluso a sus adversarios políticos burgueses. La inmensa mayoría de los muertos, en Turquía, por ataques suicidas yihadistas son subversivos, manifestantes contra Erdogan, proletarios rebeldes o incluso adversarios políticos. Como mucho los lugares más habituales, después de concentraciones, manis subversivas y demás, donde se revientan los yihadistas de Erdogan son lugares donde mujeres, que no son prostitutas, beben alcohol públicamente. Por otra parte como sus antecesores se vale del terror más salvaje y el saqueo contra sus “hermanos” musulmanes indiscriminadamente para hacer grande Turquía. Las masacres de sus tropas auxiliares: Estado Islámico de negro o Ejercito Libre o Nacional Siria (los mismos de camuflaje verde) son retrasmitidas por las redes sociales. Incluso como antaño se alardea de la yihad contra los campesinos muertos de hambre. Como antaño el imperio turco espolia, roba, saquea y arrasa todo a su paso para obtener beneficios. El petróleo, las maquinarias, los rebaños y cosechas confiscados a sangre y fuego, los restos arqueológicos, las niñas capturadas para hacer trata… sacados de Siria, Irak termina en manos de los burgueses turcos o reimportados por ellos. Estado Islámico es la burguesía turca.


Igualmente la explotación colonial otomana de los “hermanos de fe musulmanes” es igual de feroz con Erdogan. Las fábricas textiles de Estado Islámico primero, de Estado Islámico de verde con tanque turco después, en las ciudades de Siria son mazmorras donde se produce con etiquetas turcas para inundar el mercado europeo de productos con mano de obra esclava. 

Los hombres del saco turcos que se llevan a los niños han vuelto. Los niños pequeños destrozados por la metralla son la marca de presentación de Erdogan. El secuestro de la voluntad de los padres a través de los hijos. El secuestro, toma de rehenes y chantaje, 3,5 millones de sirios son rehenes indefensos de los hombres del saco. 

Finalmente el genocidio armenio, es reivindicado y revivido de nuevo en las carnes de los kurdos. En el cantón de Afrin en Siria, la limpieza étnica ha dado sus frutos tranquilos y sosegados. El 80% de la población huye juiciosamente. Tras de sí saqueos, asesinatos, tortura, desapariciones y violaciones sistemáticas como estrategia de guerra utilizada contra el 20% restante de la población. No hay cifras oficiales de violaciones y torturas, solo se sabe de 2500 muertos en la conquistas entre los defensores y civiles, pero son más de 5000 los civiles desaparecidos. Los colonos rehenes ocupan el lugar de los limpiados. Los que se resisten a huir se les impone impuestos de hasta el 35%. Los olivares son arrasados por incendios o blindados con palas excavadoras y las cosechas expoliadas. 

Sin olvidarnos del monompolio otomano del alcohol que hoy es complementado con el monopolio del jamaro (heroína) policial turco y de las anfetas captagon marca Estado Islámico que inundan el mercado de oriente medio. Que hoy serán producidas por los profesionales de Estado Islámico vestidos de Ejercito Nacional Sirio, salafista claro.

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