Anexo 1 Los herederos de la Ojarana
Putin agente del KGB, quiere reconstruir la URSS Bla, bla …bla . Utiliza las gloriosa historia del imperio ruso para justificar su misión histórica y la obediencia de su pueblo, bla, bla, bla . Independientemente de la propaganda de los enemigos multiseculares de los zares, el imperio británico y sus herederos.
Una cosa es cierta nada ha cambiado en cientos de años en la relación entre los aristócratas y plutocracia sajones y sus adversarios milicos y aristócratas de la nobleza rusa. Y no va a cambiar nada si no hay una derrota total militar e histórica de los herederos, físicos, de la nobleza zarista o viceversa. Durante cientos de años los británicos utilizaron todos los medios posibles para frenar y debilitar a sus adversarios de la nobleza y realeza rusa que consideraban su mayor amenaza para mantener su hegemonía mundial. Sus enormes recursos y potenciales capacidades eran tan evidentes que fueron considerados la mayor amenaza estratégica del imperio británico una vez destruidos o debilitados el resto de imperios coloniales europeos. Esto en ningún caso cambio con los indeseados efectos de la Primera Guerra Mundial.
La lucha y revuelta proletaria, el llamado “trienio bolchevique” de 1917 a 1920. Inglaterra quería aniquilar la revolución y de paso al mismo tiempo impedir la reconstrucción del imperio ruso. Su principal anelo, una vez desorganizado el imperio ruso, fue intentar sumar a sus colonias a través de la legalidad internacional inventada, gracias a la fuerza, las tierras estratégicas del Cáucaso sur. Incluir en su “mandato” de la Sociedad de Naciones a Georgia, Armenia y Azerbayan (productora de petróleo) junto a los dominios coloniales arrebatados al imperio Turco. El Japón imperialista, por decisión occidental, quería su parte. El imperio republicano de américa del norte y el pacifico norte llamado EEUU por supuesto que también.
En este contexto los nobles rusos dedicados a la milicia zarista deben escoger el bando en el que quieren estar, con los que desguacen el imperio que ayudaron a crear o con cualquiera que les garantice su posición social y la reconstrucción del estado ruso. Por su puesto esta dimensión de la guerra civil solo puede ser posible y hegemónica una vez que se aplasta al proletariado armado y la revolución. La creación del ejército rojo, la restauración de la disciplina castrense zarista, y el desarme del proletariado es uno de los factores indispensables, otro es la liquidación de las organizaciones revolucionarias que supusieran un estorbo para los planes de reconstrucción del estado ruso. El 6 de julio de 1918 fue el punto de inflexión, el pronunciamiento revolucionario contra el tratado de Breslitov, aplastado por la fuerza militar con decisión implacable por el directorio bolchevique. Fue a partir de entonces cuando la contrarrevolución y la reconstrucción del estado ruso avanzo inexorablemente. En ese camino los bolcheviques fueron acompañados por la inmensa mayoría de la aristocracia zarista dedicada a la carrera militar y la práctica totalidad de la inteligencia aristócrata y militar, los miembros de la policía política militar zarista, la Ojarana. Las matemáticas no mienten, el 75% de los oficiales zaristas, que son generalmente aristócratas, y el 95% de los oficiales de la Ojarana que eran la élite intelectual milica aristócrata. Se une a los bolcheviques para salvar su querido imperio, asumiendo que tendrían que matar a algunos, no muchos, de sus amigos y familiares. Pero a cambio conseguirían mantener su posición predomínate en la sociedad y salvar su imperio de la “canalla” piojosa proletaria y de los cuervos sajones que querían alimentarse del cadáver de lo que consideraban su obra, el imperio ruso.
Así que cuando en la propaganda de guerra interburguesa se habla de que la guerra es cosa de un dictador aislado, una persona aislada. En realidad se oculta que se señala a una clase social muy determinada, con unos antecedentes familiares muy concretos, la elite dominante multisecular rusa de origen aristocrático. y El edificio de la Lubianca, plaza Lubianca en Moscú es el edificio de la Ojarana, donde los miembros de la ojarana protegían el zarismo de la “canalla” revolucionaria, creaba falsas oposiciones zaristas y reclutaba informadores en todas las organizaciones subversivas. Es el edificio donde los miembros de la Ojarana, todos o casi todos, organizaban la Checa y pusieron las bases de la KGB cuya principal función era destruir a los revolucionarios y las actitudes socialmente rebeldes del proletariado. Su principal objetivo antes y después sería el proletariado y sus elementos conscientes. Antes y después tendrían la admiración de los lideres bolcheviques, por ello fueron ellos los que primero reconstruyeron el Estado y fueron el modelo a seguir por los bolcheviques. Que finalmente se disolvieron entre la aristocracia funcionarial soviética, de origen familiar aristócrata en su inmensa mayoría. No es entonces casualidad que sea la milicada del KGB la que controla el Estado y la sociedad rusa, porque lo ha hecho siempre, y tres cuartos de la mismo pasa con ucrania. La milicada aristócrata de la Ojarana recupero el poder, todos los medios y toda la confianza de manos de los bolcheviques, desde entonces ha gobernado Rusia con algunas concesiones a la meritocracia, pero dentro de la filosofía fundamental de la milicada zarista.
Así que cuando los ministros u oligarcas ucranianos expresan lo que los oligarcas de otras zonas piensan hacer, es decir, des putinizar Rusia. En realidad lo que dicen es acabar de una vez por todas con la clase dominante pos aristócrata pos soviética. Pero lo que no se dice es que eso llevara tiempo, años, y además no dicen que estratégicamente la burguesía china no puede permitir tal cosa. Por tanto en realidad estamos en un escenario similar al de los iniciaos de la Primera Guerra Mundial.
Lo que supone para nosotros los proletarios es que seremos masacrados por millones en la guerra interburguesa o aplastados por la represión milica de cada facción de la burguesía contendiente.